miércoles, 16 de febrero de 2011

Pepe

Historia habitual en el mundillo de los corredores populares (por lo menos, en mi pequeño mundillo).

Pensemos en un "atleta" popular normal, al que le gusta salir día sí día no. Pongamos que este señor "atleta" se llama... Pepe. Una vez puestos en situación veamos lo que le pasó a Pepe el otro día:

Pepe sale de trabajar un día más de la oficina a eso de las 19:00. En estas fechas, a esa hora todavía no ha anochecido del todo. Según se monta en el coche y arranca piensa en que ya va quedando menos para el horario de verano que tanto le gusta para poder practicar su deporte favorito por caminos en lugar de por las calles. Piensa en que ya casi ha pasado el invierno y casi todos los días ha corrido de noche, buscando la iluminación de las, cada vez, más escasas farolas encendidas que hay por su barrio (aunque esto es otra historia y no viene al caso).

Llega a casa, hace como que hace algunas cosas de casa porque la cabeza no está en casa, si no que está recorriendo mentalmente la probable ruta de hoy. Hay que salir ya, que se hace tarde para cenar y puede hablar conflictos familiares. Se cambia todo lo rápido que puede, en total desde que coge la ropa del cajón hasta que se cuelga del cuello el mp3 pueden pasar tranquilamente 15 minutos. Unos minutos de calentamiento en la bicicleta estática y ya, preparado para salir.

Ya que sale, aprovecha para tirar la basura. Cierra la tapa del contenedor, enciende el cronómetro y... a correr. Por fin. Parecía que no iba a llegar nunca este momento. Por delante, 30 minutos, largos o cortos lo decidirá durante la marcha.

Pasan los minutos y van cayendo los metros (decir que caen los kilómetros me parecería demasiado soberbio y, además, faltar a la verdad). El primer tramo pica un poco para abajo, así que es bastante llevadero. Este rato ha venido bien para hacer un repaso de lo que ha sido el día. Pepe, inconsciente de lo que le va a ocurrir, piensa que lo malo vendrá a la vuelta, cuando tenga que subir.

Más o menos en el minuto 17 y 34 segundos (apróximadamente, no estoy del todo seguro), zas!! el gemelo izquierdo, algo está empezando a ir mal. No ha notado ni tirón ni nada parecido, simplemente ha comenzado a doler. Pepe hace de tripas corazón y aguanta lo inimaginable, consigue correr durante unos pocos segundos más hasta que su gemelo le pide por favor que pare. Y para. Se acabó el mejor momento del día. La historia se repite nuevamente...

En fin, no quiero aburrir más con historias tristes. Me cuentan que Pepe está un poco fastidiado pero tranquilo porque paró a tiempo y espera recuperarse en poco tiempo.

Vamos Pepe! suerte con tu recuperación!

No hay comentarios:

Publicar un comentario